miércoles, 26 de marzo de 2008

Dafnis y Cloe, Longo


Dafnis y Cloe, Longo. Premia Editora, Puebla, México, Col. Los brazos de lucas, 1983

La prosa en la literatura de la antigua Grecia fue un género utilizado más que todo en obras filosóficas, verbigracia la tenemos en los ya mencionados Diálogos platónicos. Empero la literatura (haciendo referencia al género narrativo en sí) también tuvo allí su acogida. Tenemos novelas que han sobrevivido hasta hoy como Efesíacas de Jenofonte de Éfeso; Babilónicas de Jámblico; Leucipa y Clitofonte de Aquiles Tacio y posiblemente Las Etiópicas o Teágenes y Cariclea de Heliodoro de Emesa. En este grupo encontramos la novela Dafnis y Cloe cuyo verdadero nombre en griego translitera así: Poimenika ta Kata Daphnin Kai Klohen (Los amores pastoriles de Dafnis y Cloe) escrita por el griego Longo. El autor nació en la isla de Lesbos el año 150 d.C., se dedicó principalmente a la sofística y su obra más importante fue Dafnis y Cloe. Murió en 230 d.C.. Su obra ha sido traducida en diversos idiomas,
entre ellos el castellano del cual existe una traducción realizada por Juan Valera y Alcalá Galiano(1824−1905).

Es importante después de aclarar algunos pormenores con referente al origen de la obra tocar fondo un poco con su argumento. El autor se encarga de hacernos una pequeña introducción al comienzo. Nos explica la inspiración que lo mueve a escribir la obra, una pintura en una cueva de Ninfas. Indaga el origen de ésta y de allí resultan los cuatro libros que componen la novela. Hace pasar al principio el hecho que va a relatar como verídico, aunque a ciencia cierta no se sabe si lo es o no, algo parecido a lo que hace Cervantes en el Quijote cuando evoca a aquel personaje de Cide Hamete Benengeli como el historiador que compuso su obra. Es un recurso estilístico bastante usual en la literatura griega porque en los Diálogos Platón exhibe sus teorías filosóficas como sucesos verídicos en los cuales intervienen Sócrates y otros personajes la mayoría reales, pero que no se descifra si estas conversaciones realmente se dieron o si son sólo ficción o artificio del autor para hacer una historia más amena.

Dafnis es encontrado por el pastor o cabrero Lamon. Sus padres lo habían abandonado al nacer, empero le habían dotado de ricas joyas y monedas para que le criase
cualquiera que le encontrara. Una cabra del rebaño de Lamon, compadeciéndose del pobre bebé que yacía solo en la cueva de las Ninfas le amamantó cual si fuera su propia madre y así el infante logró sobrevivir hasta que sorpresivamente fue hallado. Contrario a lo que se podría esperar, Lamon y su mujer Mirtale recibieron con no poco regocijo el hallazgo del niño, no porque viniera tan ricamente adornado sino porque no tenían hijos y decidieron adoptarle como hijo suyo escondiendo las alhajas por si en alguna ocasión Dafnis las llegase a necesitar. Cloe es dos años menor que Dafnis y su destino, que a la larga se uniría y vendría a ser uno solo con el de su amado, tuvo muchas coincidencias con el de él como haber sido igualmente abandonada por sus padres en la cueva de las Ninfas con muchas joyas. Allí el narrador quiere dar a saber de una vez como la vida de estos dos personajes va a estar siempre ligada, no sólo por su nacimiento sino también por su oficio pues Dafnis se hace cabrero y Cloe pastora, oficios que estuvieron muy de boga en la antigua Grecia porque las cabras y las ovejas eran criadas de forma artesanal para la producción de leche y lana respectivamente. A partir de ese momento, compartiendo los días y las tardes con su oficio, va naciendo entre ambos un genuino sentimiento amoroso, pero con tal inocencia que todo se vuelve un constante descubrimiento y aprendizaje: los besos, las caricias, los celos, la primera noche juntos, la lejanía, la ausencia, etc. Una novela de conocimiento propio y ajeno, el enamorado viendo al otro, viéndose en el otro, viéndose a sí mismo.

"No hay remedio, ni filtro, ni hechizo, ni canto, ni palabras que curen el mal de amor, como no sean los besos y abrazos y acostarse juntos y desnudos".

martes, 25 de marzo de 2008

Memorias secretas de una cantante alemana, Wilhelmine Schroeder-Devrient


Memorias de una cantante alemana. Wilhelmine Shroeder-Devrient, Editorial Castilla S.A., Madrid, España, Col. Raros y Exquisitos, 1921

Memorias de una cantante alemana. Wilhelmine Shroeder-Devrient. Atribuida a la famosa cantante Wilhelmine Schroeder-Devrient, muy admirada en su época, la obra fue publicada por primera vez en Altona en 1862 y hasta el día de hoy sigue siendo la más apreciada de la literatura erótica germana. Las memorias, narradas en forma de cartas a un prestigioso médico en tono confesional, meditan sobre las relaciones sexuales, sus represiones, sus conflictos y reflexiona sobre las distintas costumbres sexuales de los países que recorre. Atribuidas por primera vez a la cantante por Pixanus Fraxi, a quien del mismo modo, es decir, con pocos elementos también se le adjudicaron unas memorias que son un clasico ya del erotismo: Mi Vida Secreta. Aunque el poeta francés Guillaume Apollinaire en el prólogo que redacta para la edición francesa en el año de 1913, duda de la autoría de la señora Shroeder-Devrient, reconoce que la vida escandalosa y hasta un tanto licenciosa bien podrían ser un reflejo de estas memorias. Originalmente publicadas en dos tomos con ocho o diez años de diferencia, entre cada aparición, las posteriores ediciones ya incluyen las dos partes en un solo volumen. La imagen de arriba pertenece a una edición de sólo 500 ejemplares exclusivos para miembros pertecientes a una suscripción a la editorial. Obra imprescindible para acercarse a la literatura erótica alemana que incluye obras tan famosas como: Sor Monika de E.T.A. Hoffmann o Memorias de Josefina de Felix Salten.

"No habrían pasado quince minutos, cuando percibí por la habitación próxima como un ligero ruido de pasos que se acercaban. Instintivamente cerré los ojos y fingí dormir. En aquel instante abrióse sigilosa la puerta de la alcoba y un andar cauto y débil se deslizó ya dentro de la habitación. Temblé. Siempre a oscuras, escuché los inconfundibles movimientos de un hombre que se desnuda: el ligero choque de los zapatos contra el suelo, el despojamiento de los pantalones, de la americana; el ruido de monedas en el chaleco suelto... Y de pronto las ropas del lecho que se mueven y el italiano -no podía ser otro- que se acuesta al lado de Rodolfina."

miércoles, 19 de marzo de 2008

Los demonios de la lengua, Alberto Ruy Sánchez


Los demonios de la lengua, Alberto Ruy Sánchez, SEP-CREA, Col. Los cuadernos de la orquesta, México 1987. 1a. Edición.

"Dice el autor, y con su relato lo demuestra, que "En la noche sin nombres, sin respuestas, sin orillas, en la noche muda de nuestros cuerpos aguardan impacientes los demonios de la lengua".

Un libro sobre la duda y el deseo. Podría subtitularse: Las trampas son de la razón, no de la fe. Son tres historias en tres siglos, con tres personajes que se cruzan por su fe y su deseo a lo largo del tiempo, de manuscritos encontrados y pasiones que afloran en diversas circunstancias. La razón ayudando como levadura a levantar la harina de la fe más que de la duda.Uno de los personajes es un inquisidor y místico jesuita que muere estrangulado por su propia lengua. Está inspirado en los diarios del Padre Surin.Estuvo probablemente poseído por Los demonios de la lengua, como su diario lo atestigua. Extasis místicos y sexuales se empalman en su mente y en su cuerpo. El segundo, un dominico, orden tradicionalmente enemiga de los jesuitas, encuentra y traduce el manuscrito del primero. Su propia historia se inspira en un personaje histórico que siendo Inquisidor criticó a la Inquisición y ayudó a que ésta se cerrara: Juan Antonio Llorente. El tercero es un estudioso, inspirado en Don Marcelino Menéndez y Pelayo, que odiaba al segundo por considerarlo poco cristiano, pero mientras escribe un conocido ataque furibundo contra ese Heterodoxo de otro siglo que es su enemigo imaginario, el sueño le trae sus propios deseos convulsivos: una andaluza que lo ha perturbado toda la vida hasta hacer de él lo contrario de lo que por escrito defiende. Ensayo que se vuelve fabulación rigurosa, de lógica implacable; y al mismo tiempo trenza de cuentos que penetra en la historia de las creencias y del deseo de creer. La duda es el centro magnético de este relato, novela heterodoxa donde Historia y Ficción, Bien y Mal, Carne y Espíritu aparecen unidos en un mismo parpadeo."
Fragmento extraído de http://www.albertoruysanchez.com/

"De pronto distinguió tras la espalda del ángel un blanco cuello de cisne estirándose al viento, mientras el ángel se balanceaba como si tuviera otro cuello dentro. El jesuita, sorprendido, todavía sin descifrar claramente lo que estaba viendo, comenzó a tomar de nuevo conciencia de su cuerpo y se encontró con que tenía en la mano su propio cuello de cisne erecto, y angustiado estrangulaba su vuelo.

En la agitación que siguió dentro y fuera de sí mismo, al monje le vino por un instante la sensación de que ahí, tirado en el suelo, apuñalaba a un cisne que quería violarlo. Luego, él mismo era el cisne que violaba al ángel, y finalmente él había sido el ángel mientras desechos de nube vieja le habían caído en las manos."

martes, 18 de marzo de 2008

Estética de lo obsceno (y otras exploraciones pornotópicas), Huberto Batis


Estética de lo obsceno (y otras exploraciones pornotópicas), Huberto Batis, UAEM-UAQ, Colección alimón 7, México, 1983

“¡Pero qué mal pensado soy!”, se dijo Huberto Batis, el conocido pornotólogo de nuestra República de las Letras, un día que la portada de una novela de Tusquets lo dejó boquiabierto. “¡La foto era una trampa! —explica el autor de Estética de lo obsceno (y otras exploraciones pornotópicas); reunión de ensayos sobre literatura erótica— lo que creías que era una vagina era en realidad la boca de una niña”, dice con un gesto a medio camino entre la risa y el celo filial."

“Escribo La estética de lo obsceno para contrarrestar aquel movimiento de De La Madrid que se llamaba la renovación moral, una bomba de tiempo que le había dejado López Portillo (q.e.p.d.), motivo de un escándalo de intelectuales porque había un reglamento donde no se podía ver ni cine ni teatro ni libros ni nada. A esta edición le pongo que estamos en un tiempo similar con Fox y Abascal, pues ha habido la persecución de la maestra que dio a leer Aura de Carlos Fuentes. Y es que lo que molesta es el erotismo inteligente”, remata Huberto Batis, de pie en su estudio junto a una reproducción fotográfica en tamaño natural de Bibi Gaytán. Cierra su Estética de lo obsceno (y otras exploraciones pornotópicas) y explica que “pornotopía es el topos uranus cambiado a topus eroticus y pornotopía es el país del erotismo”. Luego nos muestra el efervescente collage de fotografías eróticas que hizo hace 30 años en el techo del sótano de su casa. Desde allí nos despide Meche Carreño con su picante sonrisa de los años 60. Ni dudarlo. México es ya otro país."

Con estas palabras habla de sí mismo el escritor Huberto Batis, de este libro, Estética de lo obsceno (y otras exploraciones pornotópicas), que a comienzos de la década de los 80´s incluía entre sus páginas comentarios sobre el Abate Brantóme, Leopold y Wanda Sacher-Masoch, Baudelaire, Oskar Panizza, Violeta Leduc, Georges Bataille, Henry Miller, Anaïs Nin, Jane Bowles, Alberto Moravia, Ruggiero Guarini, Roland Barthes, etc. Compilado a petición del poeta José Vicente Anaya, quien entonces era Jefe del departamento editorial de la universidad autónoma del estado de México y quien con atinada visión ya había editado en la misma colección un par de representantes de la mejor erótica del siglo XX: Georges Bataille y Yukio Mishima. Obra fundamental entre la crítica de este tipo de obras en México. La imagen pertece a la primera edición de este libro, que a estas fechas anda por la tercera corregida y aumentada publicada por la UNAM.

El jardín del pecado, tomo quinto


El jardín del pecado, Tomo quinto (Antología Erótica), Rafael Caro Raggio Editor, Madrid, 1921

En 1917, al cuarto año de su matrimonio con Carmen Baroja, Rafael Caro Raggio funda la editorial que lleva su nombre y comienza a editar las obras de su cuñado Pío Baroja.

Como se ve en las primeras ediciones, se instaló la editorial en la calle de Ventura Rodríguez, 18, y al poco tiempo inauguró una librería en la céntrica Plaza de Canalejas, en el numero 16. Por los pies de sus ediciones, en 1918 tiene ya una imprenta y dos años más tarde aparecen imprenta e editorial en la calle de Mendizábal, 34, esto es, en la casa donde viviría toda la familia Baroja. La marcha de la editorial ha sido rápida y en tres años ha creado un próspero negocio.
Julio Caro Baroja recordaba cómo era frecuente ver a los aprendices de la imprenta pegar patadas a una pelota de papel en mitad de la calle de Mendizábal, mientras Pío escribía o Ricardo entintaba una plancha de cobre antes de ponerla en el tórculo. Pío Caro aún recuerda el ruido de las Minerva y de las LM de día y de noche como un arrullo lejano que se expandía por toda la casa.

En 1929 Rafael Caro Raggio edita un precioso catálogo de Literatura, Artes y Ciencias, con una portada de Juan Basilio y caricaturas de don Pío, Azorín y Eugenio D´Ors, de Bagaría. En sus páginas interiores van reproducidas muchas de las portadas de las obras editadas y el índice de precios. ¡Qué precios¡ Desde 1,50 pesetas de Momentum Catastrophicum a las 12 pesetas de Las Inquietudes de Shanti Andía. En las contraportadas se lee: R. Caro Raggio, Editor e Impresor. Mendizábal, 34, teléfono 33453, Madrid. Y entre sus guardas figuran cerca de trescientos títulos, porque además de editar a Baroja, ha publicado las obras completas de Azorín y va ya por la cuarta edición de El Fuego, la novela de Enrique Barbusse traducida del francés. Ha creado también una Biblioteca de Arte, que dirige su cuñado Ricardo Baroja, una Biblioteca Filosófica, una Biblioteca de Medicina Popular con obras de Pittaluga y Marañón y ha lanzado una Biblioteca de Ciencias Esotéricas y dos colecciones que pueden ser consideradas cómo dos joyas del momento: Las Grandes enamoradas y El Jardín del pecado, además de las novelas de Willy y otras traducciones de autores extranjeros.

La guerra trunca la vida de la editorial y su fundador Rafael Caro Raggio muere derrotado en 1943.

En 1972, de la vieja editorial sólo quedaba un reloj de pared, un cenicero de cristal y un par de engranajes de lo que fue una flamante impresora, pero los hijos del fundador, Julio y Pío Caro Baroja retoman el viejo cuño editorial y rescatan algo mucho más importante que todo eso: el esfuerzo, la obra de tres hombres; y con las portadas de los grabados de Ricardo, los textos de las novelas de Pío y la viñeta del Erasmo de Holbein que simboliza la vieja editorial, comienza la edición de la Serie Conmemorativa del Centenario del Nacimiento de Pío Baroja.

Hoy, a caballo entre dos siglos, la Editorial Caro Raggio, sigue siendo la casa de tres hombres sin los cuales no se podría llegar a entender la literatura, el arte, la cultura y la historia de este país: Pío Baroja, Ricardo Baroja y Julio Caro Baroja, el sobrino de ambos e hijo mayor de un fundador cuya memoria sigue presidiendo esta casa. Nuestra voluntad es seguir atendiendo a nuestros lectores con el mismo calor y entusiasmo que en 1917, publicando y haciéndoles llegar las obras de estas tres personalidades, y seguir siendo el punto de referencia para todo "El mundo Barojiano".

El volumen mostrado en la parte superior, contiene textos de Abate de Voisenon, Maquiavelo, Crebillón (hijo), Musset. De estos dos últimos se incluyen obras muy afamadas: El sofá y Gamiani. Quizá la mejor colección erótica de la españa de principios de siglo XX.}

"La primera cosa que hizo después de lo que acabo de decir, fue abrir una armario muy secretamente practicado en la pared, y sacó de allí un libro. De este armario pasó a otro, en donde había muchos volúmenes fastuosamente encuadernados; tomó de allí otro libro, que arrojó con desdén, y vino con el que había cogido primero a recostarse muellemente sobre los almohadones de que yo estaba cubierto" El Sofá, Crebillón

lunes, 17 de marzo de 2008

Los dijes indiscretos, Denis Diderot


Los dijes indiscretos, Denis Diderot, Libros Hiperión, España, 1988


Denis Diderot nació en el este de Francia, en la ciudad de Langres el 5 de octubre de 1713 y comenzó su formación en el Colegio Jesuita. En 1732 consiguió ser maestro de artes en grado de filosofía. Abandonó la idea de entrar en el clero y decidió instantáneamente estudiar leyes, aunque por poco tiempo. En 1734 decidió ser escritor lo que produjo el enfado y rechazo de su padre, por lo que Diderot comenzó una vida bohemia que se alargaría diez años.

En 1743, se casó con Antoinette Champiom, una devota católica. El enlace fue considerado inapropiado por la posición social de ella, unido a su pobre educación y carencia de dote. De este matrimonio nació una hija, Angelique. Tras la muerte de la hermana monja de Diderot, afectó a la opinión de la religión de éste.

Diderot mantuvo relaciones con la escritora Madame Puisieux y con Sophie Volland, con la que estuvo constantemente hasta el final de su vida.

Fue muy reconocido por sus obras y se vio recompensado este trabajo al ser elegido miembro de la Academia Francesa. No se enriqueció económicamente por sus obras ya que al proporcionar una dote para su hija, no tuvo otra alternativa sino la de poner en venta su biblioteca.

Cuando Catalina II de Rusia, (1729 - 1796), activa escritora de cartas a Madame Geoffrin, (1699 - París 1777), conoció sus estrecheces económicas mandó un agente ruso a París para comprar su biblioteca. Diderot fue invitado en el invierno de 1773 a la corte de San Petersburgo donde pasó algunos meses siendo consejero de la zarina. De Diderot, vehemente en sus conversaciones con gente importante e influyente decía la zarina de Rusia: "Termino mis conversaciones con él con los muslos macerados y negros de cardenales. De modo que me he visto obligada a colocar una mesa entre él y yo".

Murió en París a causa de enfisema y edema el 31 de julio de 1784 y fue enterrado en la Iglesia de Saint-Roch. Sus herederos enviaron su vasta colección de libros a Catalina II, quien tuvo que depositarla en la Biblioteca Nacional de Rusia.

De los dijes indiscretos, obra que escribio en la juventud, se observa una profunda ironía y una necesidad que acompaña al hombre del siglo XX: la de que el sexo hable. Antecedente remoto de los monólogos de la vagina, los dijes indiscretos, fantasean ante la posiblidad de la existencia de un anillo mágico, que provoca que la vagina que éste señale, comienze de manera incontrolable a contar hasta el más mínimo detalle de su historia erótica, el sexo hablando y mnifestando sus gustos y desgracias, sus glorias y sus olvidos. El congo, lugar exótico donde transcurre la novela, se vuelve el caos, nadie está a salvo, ningún secreto será por mucho tiempo guardado. Las infidelidades saldrán a la luz sin remedio. En vano será la utilización de bozales para las vaginas parlantes. Extraordinaria muestra de imaginación, esta obra se encuentra entre las grandes novelas eróticas del siglo XVIII.

"Cypria quería que la tomasen por rubia. Su piel amarillenta, pintarrajeada
de colorete se parecía bastante a un tulipán multicolor. Tenía los ojos saltones,
era corta de vista, baja, con la nariz afilada, la boca vulgar, los pómulos
salientes, las mejillas hundidas, la frente estrecha, el pecho plano, las manos
secas y los brazos descarnados, y con estos atractivos había embrujado a su
marido. El sultán dirigió hacia ella su anillo y enseguida se oyó cómo se aclaraba
la voz. La asamblea creyó que Cypria iba a hablar por la boca, que iba a pronunciarse,
pero se equivocó, porque fue su dije el que comenzó así:
«—Historia de mis viajes.
»Nací en Marruecos el año 17 000 000 012 y era bailarina en el teatro
de la Ópera cuando Mehemet Tripatoud, que me mantenía, fue nombrado jefe
de la embajada que nuestro poderoso emperador envió al rey de Francia. Me
fui con él, pero como los encantos de las francesas me arrebataron enseguida a
mi amante, busqué inmediatamente el desquite. Los cortesanos, ávidos de novedades,
quisieron probar a la marroquí (así llamaban a mi dueña), que los trató
con mucha benevolencia, y gracias a su afabilidad, les sacó en seis meses veinte
mil escudos en joyas, otro tanto en dinero y una casita amueblada. Pero el
francés es voluble, y pronto pasé de moda. No me apetecía representar por provincias
después de pasar por los grandes talentos en los más colosales teatros,
dejé partir a Tripatoud y me dirigí a la capital de otro reino."

viernes, 14 de marzo de 2008

cantos de los oasis del hoggar


cantos de los oasis del hoggar, editorial Centauro, colección Amor y Poesía en Oriente, México, 1944

cantos de los oasis del hoggar pertenece a la fabulosa y rica tradición de la cultura árabe, a los pueblos asentados en el norte de Africa, a la tradición oral de los tuareg. Fueron dados a conocer en Europa a principios del siglo XX por el militar argelino Belaid Mohamed-Ben-Alí, durante la dominación francesa del territorio de Argelia y Marruecos. En ellos se cuenta con vehemente lirismo la encendida pasión de Mussa-ag-Amastán por Dassina-ult-Yemma. Amor que nunca es correspondido pero que es llevado a niveles de exaltación comparables al Cantar de los Cantares, de la literatura sacra cristiana. Conozco dos versiones, con idéntica y anónima traducción, ambas editadas en México, una de 1944 de editorial Centauro, colección Amor y Poesía en Oriente, y la que publicara el Conaculta en su colección Cien del Mundo, en el año 1997. Obra ampliamente recomendable.


Oh, Dassina, oh mi sultana, mi voz más grave carece de sonidos para cantar las cosas agradables; resuena, como el tobol, para la guerra, o como el violín para el amor.Y si me pidieras que dijese quién es la más bella entre las bellas de tu reunión galante. Para no faltar a la ley noble, que quiere que conteste: "Sois todas vosotras juntas", me callaría mirándote.
Y si me preguntaras:
-¿A quién amas más, a Dios o a mí?
Para no faltar a la ley santa, callaría de nuevo mirándote siempre.

Teleny o el reverso de la medalla, Oscar Wilde


Teleny o el reverso de la medalla, Oscar Wilde, Editorial Valdemar, Colección Planeta Maldito, Madrid, España, 3a. Edición 1997.


Mientras en Europa se arraiga a mediados del siglo XIX la popular doctrina de Mesmer del magnetismo, la literatura no se queda fuera de esta idea, el cuerpo compuesto por una energía vital, con fijaciones y polos. Prueba de ello es que muchos de los grandes escritores de este siglo elaboran obras profundamente sustentadas en las fuerzas magnéticas: El Horla de Guy de Maupassant, El caso del Sr. Valdemar de Edgar Allan Poe o El Magnetizador de E.T.A. Hoffmann son algunos ejemplos de esta visión del cuerpo. Felizmente para Oscar Wilde no se queda en el temor o miedo que provoca la presencia de esta energía desconocida, sino que la traslada al plano amoroso, para él, el amor, no es otra cosa que la sujeción de la voluntad por una energía de mayor potencia, es decir, se vuelve un proceso imposible de evitar, el individuo caerá en el abismo por control de una fuerza de atracción que lo consume y destruye todo. ¿No antes se había autocuestionado Søren Kierkegaard acerca de la naturaleza no física del amor? ¿Por qué el amante recurre a caricias, besos u otros contactos, si el amor no es palpablemente? Bajo esta idea Wilde escribe una de las más sublimes obras del proceso de enamoramiento y seducción desde la misma entraña del espíritu. Por muchos años silenciada y erradicada de las obras completas de este escritor, Teleny, es la mejor muestra de la novela erótica de fines del siglo XIX, y escrita por la mano del más importante escritor inglés. Redactada con maestría, el lector encontrará desde las más finas metáforas hasta las más encendidas escenas eróticas. La excelente traducción de Mauro Armiño, en ningún momento hace extrañar al original. Las ilustraciones de Alonso Santiago transmiten la misma emoción viva que las letras de Wilde han revelado de sí mismo, el mejor retrato que de este escritor inglés se haya escrito.


"¿Quién no ha experimentado las diversas sensaciones que produce el contacto de una mano? La mano es el indicio del temperamento. En pleno invierno, algunas manos son cálidas y febriles, otras frías e incluso heladas durante la canícula. Unas secas y apergaminadas; otras, carnosas, pulposas, musculosas, delgadas, ososas y descarnadas. La presión de unas es la de un torno; la de otras, blanda como un trapo. Hay manos que son los productos artificiales de nuestra moderna civilización, que presentan deformidades del mismo tipo que las de los pies de las damas chinas; manos continuamente aprisionadas en guantes durante el día, a menudo una cataplasma durante la noche y cuidadas por un manicuro; tan blancas como la nieve sino castas como el hielo. Pequeña mano ociosa que evita el contacto con la mano rugosa, oscura y manchada de un obrero, que la dura faena transforma en una especie de cuerno. Hay manos discretas, otras que palpan de manera indecente; otras también cuyo apretón hipócrita expresa lo contrario del pensamiento; manos aterciopeladas, untuosas, clericales o falaces; está la palma del pródigo, la garra ganchuda del usurero. Está la mano magnética que parece tener una afinidad secreta con la vuestra; su simple contacto sacude vuestro sistema nervioso y os llena de goce. ¿Cómo expresar mis sensaciones bajo la presión de la mano de Teleny? Puso en mí fuego y, cosa extraña, sentí al mismo tiempo un frescor dulce como el beso de una mujer. Se deslizó por todo mi ser, acarició mis labios, mi garganta, mi pecho; mis nervios se estremecían con delicia; el temblor descendió hasta los riñones y Príapo, despertado, levantó la cabeza. Aquella mano tomaba posesión de mí y yo me sentía feliz por pertenecerle."

Poemas Eróticos, Bertolt Brecht


Poemas Eróticos, Bertolt Brecht, Visor libros, Colección Visor de Poesía, 2a. Edición, Madrid, 2002


Mundialmente conocido por la calidad de su teatro, por la sensibilidad de sus poemas, canciones y baladas, Bertolt ofrece una faceta bastante desconocida en esta antología. En su producción teatral se puede apreciar una tendencia pedagógica y una significación social muy amplia, características que se trasladarán a parte de sus poemas, y aunque en general sus obras están pensadas para un público intelectual y atento, en la faceta erótica nos encontramos con un lirismo triunfal y radiante. Los poemas de este libro muestran una pluralidad de voces y registros, dándole al conjunto la apariencia de un altibajo pasional, un termómetro del deseo. Aunque por instantes pareciera tratarse de un largo monólogo, Brecht consigue que la claridad léxica penetre con arrojo el ánimo del lector, que se incruste en la piel y el oído. Acertadamente la editorial Visor ha incluido en su basto catálogo de títulos, obras eróticas de diferentes épocas y orígenes. Este es el 418 de la colección, edición bilingüe, pero con la falta de un buen prólogo, y estudio crítico. Pero como en todos los buenos autores es mejor que la obra hable por sí misma.


"¡Ay, casi se fundían
y él sintió: ella es mía!
Y la oscuridad la llama avivó.
Y ella sintió: solos estamos.
Y él su frente besó.
Pues ni era puta
ni serlo quería.
¡Oh, dulce juego de manos!
¡Oh, su corazón salvaje como nunca!
¡Que tenga él coraje!
Y ella la frente besa
pues ni era puta
ni cómo sabía..."

La Romana, Alberto Moravia


La Romana, Alberto Moravia, Editorial Arcos, México, 1951.


Uno de los más importantes escritores italianos del siglo XX y quizá el más prolífico de todos. Su obra abarca cerca del centenar de volúmenes y el algún momento fue considerado como posible merecedor del premio Nobel de literatura. Incluido en el índice de escritores prohibidos por el vaticano, su obra recibió el aplauso unánime de la crítica. Aunque su precoz talento lo lleva a publicar muy joven su primera novela, los indiferentes, sería hasta 1944 con la publicación de la novela Agostino que llevaría a su literatura el tema de la sexualidad y con ello lo principal de toda su narrativa: la alineación, el existencialismo y la burguesía como objeto crítico. La fama habría de llegarle tras la publicación de la novela La Romana, la más traducida de sus obras, y tras ella toda una serie de libros encaminados a descubrir el mundo sexual de las clases burguesas italianas, novelas como El amor conyugal, Dos (una novela fálica), La Vida interior, El hombre que mira, El viaje a Roma, etc., son ejemplo de la recurrente expresión estética que Alberto lograría al transcurrir de los años. La Romana, es la historia de una prostituta originaria de Roma que se ve envuelta en el ambiente de la prostitución y el permanente desinterés del mundo que la rodea. Decidido expositor de la hipocresía de la sociedad contemporánea, Moravia nos conmueve y asombra por la cruda facilidad con que, de forma magistral, logra exponer las expresiones más viles y chocantes en manos de personajes siempre bien definidos, con destinos trágicos, sorprendentes, donde el individuo es expuesto hasta las mismas entrañas. La presente edición es la primera mexicana de 1951, idéntica traducción presenta la versión reciente de editorial Lumen. Moravia siempre será un referente para los lectores de la erótica del siglo XX.


"Mi madre decía que parecía una Virgen. Yo me di cuenta que me parecía a una actriz de cine por entonces en boga, y comencé a peinarme como ella. Mi madre decía que si mi cara era hermosa, cien veces más hermoso era mi cuerpo; un cuerpo como el mío, decía, no se encontraba en toda Roma. Entonces no me preocupaba de mi cuerpo, me parecía que la belleza estaba toda en la cara, pero hoy puedo decir que mi madre tenía razón. Tenía las piernas derechas y fuertes, los flancos redondos, la espalda larga, estrecha la cintura y ancha en los hombros. Tenía el vientre como lo he tenido siempre, un poco grande, con el ombligo que casi no se veía, tan hundido estaba en la carne; pero mi madre decía que esta era una belleza más, porque el vientre debe ser prominente y no liso como hoy se usa. También el pecho lo tenía robusto, pero firme y alto, manteniéndose erguido sin necesidad de sostén; y también de mi pecho, cuando me lamentaba de que fuese demasiado grande, mi madre decía que era una verdadera hermosura y que el pecho de las mujeres, hoy en día, no valía nada."

Orígenes Cultuales y Míticos de Cierto Comportamiento Entre las Damas Romanas, Pierre Klossowski


Orígenes Cultuales y Míticos de Cierto Comportamiento Entre las Damas Romanas, Pierre Klossowski, UNAM, Col. Poemas y ensayos, México, 1980.


La obra de Klossowski recorre la novela, el ensayo y el dibujo. Sus temas van de Sade a Nietzche, de la antiguedad a la vanguardia. Esteta, filósofo, erudito; su obra encuentra en el erotismo el punto de partida y encuentro para hacer converger el control mental, la imagen y la voluntad con una lucidez deslumbrante. Hecho circular en México a través de las traducciones de Juan García Ponce de las novelas La vocación suspendida, Roberte esta noche, La revocación del edicto de Nantes y el ensayo del mismo Ponce sobre Pierre: Teología y Pornografía, todos editados por la editorial Era en la década de los 70´s. Desgraciadamente sólo el ensayo ha seguido en las listas de obras que la editorial conserva en la actualidad, dejando descartadas las novelas. En esta misma fiebre hacia los escritos de Klossowski, Juan García Ponce decide incluir en la colección poemas y ensayos, el libro Orígenes Cultuales y Míticos de Cierto Comportamiento Entre las Damas Romanas. Título bastante largo, pero rotundamente claro. En él Pierre se aproxima a una serie de ritos, mitos y cultos de la antigua Grecia y Roma, y descubre con labor de filigranista los pequeños hilos que atan los comportamiento religiosos con las experiencias de índole erótico, el traslado de una sociedad matriarcal a una patriarcal, de los cultos a Venus, Afrodita y Artemisa, hasta la implantación de los ritos fálicos encubiertos por Dyonisio. Libro imprescindible para degustar la obra de ficción de este célebre escritor francés del siglo XX.


"... a lo largo de los siglos de la unión de Belos-Herakles con la Afrodita Mylita (Istar o Astarté), cuyo culto, por implicar la prostitución sagrada de las vírgenes, era acompañado por solemnidades licenciosas y disolutas que mezclaban amos con esclavos, análogas a las Saturnales y a las Floralias romanas, y que alcanzaban su punto culminante, bajo la mirada del pueblo, en la cópula ritual de la prostituta sagrada, encarnación de la diosa en estas solemnidades, con su esclavo, elegido para desempeñar el papel de su divino compañero Belos-Herakles. Este último, como el mismo Hércules, era entregado a las llamas al término de la fiesta; rito que asociaba estrechamente el acto carnal con la inmortalidad por el fuego."

Libro Verde (Colección de Poesías Satíricas y de discursos festivos), Francisco de Quevedo


Libro Verde (Colección de Poesías Satíricas y de discursos festivos), Francisco de Quevedo, Librería de Victoriano Suárez, Madrid, 1875. Con ilustraciones de Perea.


El Libro Verde de Quevedo, como lo dice el recopilador D. Eduardo de Lustonó, lleva por tal nombre como una advertencia para los lectores "un llamamiento a los despreocupados, una valla a los tímidos, un aliciente para los más y una prohibición para los menos." Estuvo entre los libros prohibidos del siglo XIX por tratar temas contrarios a la buena moral y la sana conservación de las costumbres. Es uno más de los ejemplos de la rica producción de obras eróticas-burlescas que producirían los grandes escritores españoles: El Jardín de Venus, de Félix Ma. Samaniego; El Arte de las Putas, de Nicolás Fernández de Moratín; Los Borbones en Pelota de Gustavo Adolfo Bécquer; La Oda a la Mujer de Espronceda: por citar algunos nombres. Aunque las obras de Quevedo habían circulado en antologías, florilegios y ediciones sueltas, sería este uno de los mejores intentos por conjuntar en un sólo volumen, algunos textos, (muchos por primera vez publicados), de las obras más subidas de este gran escritor. En los años 40´s del Siglo XX la editorial Sopena editó un par de volúmenes titulados Escritos Burlescos y Poemas Burlescos. Más recientemente la editorial española Edimat publicó el volumen Obras Jocosas. Quevedo es el escritor más irreverente, mordaz, crítico y polifacético del siglo de oro español. La literatura erótica sería incompleta sin tan singulares obras.


"No se espantarán de que el culo sea tan desgraciado, los que supieren que todas las cosas aventajadas en nobleza y virtud, corren esta fortuna de ser despreciadas de ella, y él en particular por tener más imperio y veneración que los demás miembros del cuerpo, pues mirado bien es el más perfecto y colocado dél, y más favorecido de la naturaleza, pues su forma es circular, como la esfera, y dividido en un diámetro o Zodiaco como ella. Su sitio es en medio como el sol; su tacto es blando, tiene un solo ojo, por lo cual algunos le han querido llamar tuerto, y si bien miramos, por esto debe ser alabado, pues se parece a los cíclopes que tenían un solo ojo y descendían de los dioses. El no ver es falta del amor poderoso, fuera de que el ojo del culo por su mucha gravedad y autoridad no consiente niña, y bien mirado, es más de ver que los ojos de la cara, que aunque no es tan claro, tiene más hechura."

La Educación de Laura o La Cortina Levantada, Marqués de Sentilly


La Educación de Laura o La Cortina Levantada, Imprenta del Olimpo, Londres, 1897, Biblioteca de Cvriosos y Exqvisitos.


La Educación de Laura o La Cortina Levantada, que se atribuyó en un inicio al Conde de Mirabeau y posteriormente al Marqués de Sentilly, pertenece al ciclo de obras que Jean-Jacques Rousseau denominó "esos libros que se leen con una sola mano". Escrita y publicada en la segunda mitad del siglo XVIII en Francia es contemporánea de grandes escritos libertinos: El portero de los Cartujos, Teresa filósofa, Justine, La Anti-Justine, etc. Todas grandes novelas que formaron parte de lo que sería el siglo de oro de la literatura erótica francesa, y quizá de toda la Europa del XVIII. En ella se narran las peripecias amorosas de Laura desde la infancia y la posterior seducción por parte de su padre, el cual entre arrepentimientos y arrebatos de pasión recurre a todos los métodos posibles para hacer continuos los encuentros amorosos. Como el título lo define se trata de un proceso pedagógico, Laura debe aprender de teoría y ejecución todas las variantes del encuentro carnal. Libro que con fina ironía el autor redacta con la pretensión de que sirva como un manual educativo para las jovencitas, colegialas y enclaustradas en conventos e internados. En la década de los 70´s del Siglo XX la editorial Bruguera publicó una versión cortada de esta obra, atribuyéndola al Conde de Mirabeau. La edición de la imagen es una traducción anónima que se incluye en la colección Biblioteca de Cvriosos y Exqvisitos, el pie de imprenta dice Londres, Imprenta del Olimpo, 1897. Posiblemente se trate de una edición facsimilar pero con la obvia falsedad de datos. Una rareza es que esta edición incluye en las últimas páginas los 16 sonetos de Pietro Aretino conocidos como Sonetos de los XVI Modos o Sonetos de la Lujuria, con una traducción muy libre al español pero sin dar crédito alguno al autor, traductor o fuente de consulta. La Educación de Laura es una obra muy representativa del erotismo del siglo XVIII.

"Estábamos en medio de las caricias del despertar, cuando mi padre fue a abrir a la mujer que había hecho venir la víspera. Cuál fue mi sorpresa y mi pesar cuando ésta me puso un calzoncillo de cordobán forrado de terciopelo, que cogiéndome de las caderas descendía hasta la mitad de los muslos."

jueves, 13 de marzo de 2008

Marqués de Sade, Cartas


Cartas de Sade, Rodolfo Alonso Editor, Buenos Aires, Argentina. 1969


El más célebre y criticado de los pornógrafos franceses tendría que esperar cerca de 150 años, después de su muerte para ver recopiladas en un volumen una porción mínima de su vasto epistolario. El conde Xavier, en 1949, proporcionó un afortunado legado de papeles del Marqués al investigador y crítico Gilbert Lely, quien llevara a la imprenta la correspondencia. 20 años después el poeta y editor argentino Rodolfo Alonso se encargaría de la noble y necesaria tarea de traducir, editar y hacer circular diferentes obras poco o nada conocidas hasta entonces en lengua castellana. Entre ellas se encuentra el tomo de las cartas que incluye epístolas del año 1763 hasta el año de 1794, donde podemos encontrar el fundamento de la ideología estética de la literatura sadeana, así como las fobias, necedades, angustias, esperanzas y desesperanzas de quien se reconoce condenado y se sabe irremediablemente atado a un destino hostil. Quizá de todas las obras del Marqués sea esta, que no fue planeada para la imprenta, la que nos envía un mensaje más nítido e inmensamente humano. La edición en mis manos es traducción de Amanda Forns y contiene 33 cartas. En la década de los 70´s del siglo XX la editorial anagrama público un volumen titulado Correspondencia, sin embargo nunca ha caído en mis manos. Lectura recomendable antes de leer las novelas morales y eróticas de este autor.

"Sabeis que el ejercicio me es más necesario, que el mismo alimento, y que estoy sin embargo en una celda que es la mitad de la que tenía antes, donde no puedo ni darme vuelta. ¡Salgo muy rara vez, por algunos minutos, a un estrecho patio donde sólo se respiran olores a soldados y a cocina y se me vigila, fusil en alto, tal como si hubiese pretendido destronar a Luis XVI! ¡Oh, cómo se hace despreciar las grandes cosas, cuando se concede tanta importancia a las pequeñas!"

martes, 11 de marzo de 2008

"Sonneti lussuriosi" de Pietro Aretino


En en año 2006 se llevó a subasta la colección erótica perteneciente a Gerard Nordmann, quien era un industrial suizo (1930-1992). Esta estaba compuesta por libros, manuscritos, cartas y otros documentos, cuyos autores son clásicos de la literatura erótica o anónimos. La casa de subastas dijo que "es el precio pagado más alto, por una biblioteca erótica desde hace más de 30 años". Una de las obras más codiciadas fue la "Sonneti lussuriosi" de Pietro Aretino (1492-1556), que fue adquirida por 325.600 euros (425 mil dólares), un precio récord para un libro erótico vendido en subasta.

También había obras de escritores y artistas célebres, como Voltaire, Bataille, Dalí, Flaubert, La Fontaine, Maupassant, Sade y Verlaine.

Aquí fue vendido por la cantidad arriba mencionada el único ejemplar conocido de los sonetos de aretino del siglo XVI, se especula que de 1527.

La importancia, reflejada en el alto costo de la subasta, radica en que se trata de la obra de inaugura o da comienzo a la literatura erótica moderna en occidente. Si bien existen buenos y prolijos ejemplos de textos romanos y latinos, y en menor medida medievales, la obra de Aretino muestra, explora y contiene las características que darán forma al desarrollo de posteriores obras. Redactados los sonetos a causa de una prohibición, la de la circularión de las láminas eróticas de Giulio Romano (alumno de Rafael), mismas que acompanarán a la edición príncipe en posesión de Gerard Nordmann hasta el año 2006, serán la fuente de inspiración de Pietro quien con feliz desverguenza, monta una historia alrededor de cada ilustración, mientras su amigo Gulio escapaba de la hoguera a la que fue condenado por su elaboración. En un gesto de amistad y fiel a la libertad artística Pietro Aretino redacta y publica esta obra que sería uno de los más grandes baluartes de la literatura europea de todos los tiempos. Magníficamente publicados por la casa editorial José J. Olañeta editor, con prólogo de José Saramago, incluye la versión del facsimilar de la edición de 1527. Mismo de donde extraigo la ilustración.


- Jodamos alma mía, pues, jodamos
ya que para joder todos nacemos;
si el carajo tú adoras, yo amo el coño:
y sin esto un carajo fuera el mundo:

y si joder post mortem fuere honesto,
diría:- de joder tanto morimos
para joder después a Adán y a Eva,
que hallaron un morir tan poco honroso.

- En verdad digo que si los bellacos
no comieran del pomo traicionero,
sé que se habrían holgado los amantes;

basta de prosa, y hasta el corazón
mete la polla, y haz que allí se parta
el alma, que en la polla nace y muere;

y, si es posible, fuera
de mi coño no dejes los cojones:
del jodido placer siempre testigos
.

jueves, 6 de marzo de 2008

Pierre Loüys, Afrodita


Pierre Louÿs nace como Pierre Louis el 10 de diciembre de 1870 en Gante, Bélgica, pero se traslada a Francia donde residirá el resto de su vida. Cursa estudios en una escuela alsaciana, donde desarrolla una gran amistad con el futuro Premio Nobel y campeón de los derechos homosexuales, André Gide. Louÿs comenzó a escribir sus primeros textos eróticos a los 18 años, a la vez que desarrolla interés en el Parnasianismo y el Simbolismo. Alumno de las Marcel Schwob, con quien se aproximará al mundo de la cultura antigua, Grecia y Roma. Al igual que este último realizará una labor literaria de ambientación e inspiración plena en esta herencia cultural. A partir del libro "Las Canciones de Bilitis", quedará patente esta influencia, pues, con indiscutible maestría hace pasar como la traducción de una antigua poetisa, contemporánea de Safo, los versos que componen el libro, plenos de imagenes y emociones sensuales. También con este libro inaugura la vertiente erótica que no lo abandonará en toda su carrera. Esta labor es la que le daría mayor renombre y fama después de su muerte, cuando aparecen en circulación un gran número de obras licenciosas: "Manual de urbanidad para señoritas", "Diálogos de cortesanas", "Las tres hijas de su madre", "La isla al medio día", "La historia del Rey Gonzalo y las doce princesas", entre muchas otras hojas en posesión en su mayoría de coleccionistas particulares. En 1896, publicará uno de los libros que mayor fama le dieron en vida: "Afrodita, novela de costumbres antiguas". Obra que recorre las calles de la antigua Roma y donde se gesta una intrincada y poética intriga de pasión y deseo. Nos cuenta la vida de una antigua hetaira, caprichosa y bella capaz de hacer perder la cabeza por igual a hombres y mujeres. Clásica entre la literatura erótica del siglo XIX francés, es trasladada al castellano por la editorial Prometeo, en la traducción de J. Martínez Clavel. El prólogo de Vicente Blasco Ibáñez, escrito en 1919, año de la edición, ya deja entrever una apertura y ansia porque estas lecturas circularan en la España de aquellos años.

"- Abreme la puerta - le dijo -. Te escojo a ti.
La pequeña saltó sobre ambos pies con un movimiento alegre, e hizo sonar dos veces el aldabón fálico. Una vieja esclava acudió a abrir.
- Gorgó - exclamó la chicuela -, tengo uno; pronto, vino de Creta, pasteles y dispón la cama.
Y volviéndose hacia Demetrios, agregó:
- ¿No necesitas satyrion?
- No - repuso riendo el joven -. ¿Lo tienes preparado?
- Es preciso - contestó la niña -, me lo piden más a menudo de lo que te figuras."